martes, 6 de mayo de 2008

Bezanes-Brañagallones


La Peña el Viento todavía aguantaba con algo de nieva a pesar de lo poco que nevó este año


Carlos y Paco acometiendo los primeros repechos del Texu La Roñada.


El 20 de septiembre del 2001 el Parque Natural de Redes pasó a engrosar la lista de reservas de las biosfera de la UNESCO (425 en el mundo) al haber sido aprobada la candidatura que presentó el gobierno de Asturias. Así que argumentar la importancia de este ecosistema me parece innecesario, pues dicho galardón sólo se concede a los espacios naturales más importantes del mundo.
Ya una ley de 1943 decía así: Con el fin de evitar la destrucción y desaparición de especies típicas de animales exclusivos de esta región, tales como el oso, el rebeco, el corzo y el urogallo y también para el fomento y repoblación de otros como el venado y el jabalí, por Ley de Jefatura del Estado de 4 de septiembre de 1943 se crea en términos de Caso y Ponga el denominado Coto Nacional de Brañagallones.
En estos confines de Asturias, de la más abrupta naturaleza, parajes de profundas umbrías, de simas y brañas, de cresterías y riscos, es donde el Estado Español brinda seguro refugio y su última guarida, al «Ursus artos pyrenaicus», oso pardo de nuestras montañas. El Coto Nacional de Brañagallones es, pues, tierra de osos escogida de propósito para conservación de la especie y, por ello, tiene que ser tierra brava de montaña.


Primera parada y primeras fotos en el mirador del Cantu La Oración


Nada más pasar el mirador ya comienza un bosque de castaños.


La fuente El Andorvio.

Pues bueno, después de todo esto que os acabo de contar el sábado 3 de mayo del 2008 nos decidimos a hacer esta ruta, una de las más importantes de Asturias la afamada RUTA DE BRAÑAGALLONES, la toponimia da a entender que en épocas pretéritas esta vega pudo haber sido un cantadero, «Brañagallones», braña de los Gallones, o lo que es lo mismo braña de los Urogallos.
Esta vez la excursión estaba compuesta por los Frade (Paco y Carlos) y un presente.
Salimos a las 8/30 en dirección a Campo Caso, una vez allí paramos a comprar el rancho para comer arriba en la braña, una empanada del famoso Higinio de Campo Caso, unos chorizos de la zona un poco de queso y una botellina de buen rioja que nunca puede faltar, cargamos el rancho en la mochila, que siempre me toca a mi llevarlo y para Bezanes punto de partida de la ruta.
Para llegar a Bezanes (660m de altura), cogemos dirección al puerto de Tarna y como a unos 5 kilómetros a mano derecha ya llegamos a dicho pueblo. Bezanes es un pueblo muy cuidado y que merece la pena conocer, el montón de callejuelas que tiene para ser tan pequeño y lo cuidado que está todo el conjunto, y por cierto una de las mejores cervezas con casera que tomamos después de la excursión desde hacia mucho tiempo en el bar La Bolera que se encuentra en el medio del pueblo.
Bueno a lo que vamos, aparcamos en la plaza de la iglesia, nos cambiamos de ropa y ala a caminar, que la ruta es larga y hay mucho que ver que admirar y que comentar, después de recorrer un laberinto de casas entre pequeñas callejuelas se accede a una pista de unos 10 kilómetros que nos lleva sin ningún desvío a la majada de Brañagallones.
Empezamos a caminar los tres por un camino forestal solo asfaltado en las curvas con máxima pendiente, al poco de empezar empiezan las duras subidas y revueltas por la falda del Texu La Roñada, se pasan los invernales de Les Arrielles y poco a poco seguimos caminando hablando muy poco entre nosotros ya que el esfuerzo era grande, Paco se nos adelanta un poco y es el primero en llegar al mirador del Cantu la Oración (960m), un hermoso mirador donde, en otros tiempos, se detenían en oración los vaqueros al subir o bajar del puerto.
En este punto paramos a coger un poco de aliento, comemos un poco de fruta y nos hacemos ya las primeras fotos, al fondo el imponente Tiatordos, al norte el río Monasterio en su confluencia con el Nalón, y al sur La Peña el Viento manchada todavía con algo de nieve.


Jacintos estrellados cubriendo el sotobosque del hayedo.


A la llegada al Túnel del Crestón, con la impresionante cortada.


El Túnel del Crespón


A la salida del Túnel del Crestón ya se podía ver el Refugio Hotel de Brañagallones.

Seguimos la caminata por un camino ahora muy ceñido a la ladera, y obserbamos un grupo de colmenas de colores orientadas al mediodía y rodeadas de brezos, al poco ya empezamos a caminar por un frondoso bosque de castaños hasta las primeras cabañas de Les Corraes, aquí otra parada para beber un poco, otros fotografías ya que tenemos buenas vistas hacia Bezanes. En esta zona el terreno es de fácil caminata y ya podemos ir comentando todo el bosque que vamos viendo. En el interior del bosque hay algunos tejos aislados de gran tamaño, y en las zonas bajas abundan los robles albares, los tilos de hoja ancha y los fresnos, que se mezclan en las riberas del río con arces, espineras y avellanos.
Poco a poco seguimos haciendo kilómetros y vamos pasando por pequeñas brañas (La El Raigán, Cardosa-Romani, Biaiz) intercaladas entre zonas de bosque de hayas, avellanos, fresnos.
Paco que sigue un poco adelantado nos espera en la zona de las cabañas de La Trapiella aquí hay una finca bien cuidada, con bancos de piedra, fresnos, rosales, petunias y cerco de madera, aquí otro descanso para coger fuerzas, en esta zona ya nos juntamos los tres y proseguimos camino hasta con una pequeña pradería a donde se llega tras una pequeña bajada, después tras atravesar el arroyo de la Trapiella nos topamos con una fuente de 2 Caños y pilón a la sombra de un centenario hayedo, lugar que aprovechamos para hacer un descanso, recargar agua y hacer otra tanda de fotos, en la bajada Carlos aprovechó para poner a remojo sus cansados pies, después se inicia una subida hasta la Grandiella (1.130 m.) y a unos 25 minutos nos plantamos en el "Argayu del Lobo" en donde hay un voladizo sobre el camino, para proteger de los aludes de nieve, aquí empezó una pequeña discusión si lo que veíamos en la ladera encima del voladizo era o no era nieve, pues si era nieve, parece mentira que con lo poco que nevó este invierno y el calor que hizo, todavía se mantenga la nieve en esta zona, pero al tratarse de la cara norte y estar tan sombría casi todo el año, la nieve se mantiene casi hasta finales de verano.
En esta zona dada la abundancia de agua, junto con los troncos caídos por los pequeños aludes, la continua degradación de la materia vegetal facilitan mucho la aparición de musgos, setas y líquenes, y destacando la gran cantidad de jacintos estrellados que encontramos (ver foto).
Proseguimos nuestra caminata y como a los 20 minutos nos plantamos en el Túnel del Crestón, con un impresionante cortado (ver foto) sobre la caliza, como consecuencia de la circulación del hielo glaciar de antaño, pudiéndose observar estrías en la caliza, en las zonas más estrechas.
A la salida de este pequeño tunes ya apreciamos la inmensa mancha del hayedo que ocupa unas 600 hectáreas, en esta zona está el mayor cantadero con la presencia de varios machos de urogallo, aquí se concentras el 15% de todos los uruguayos de España.
También están presentes todos los pájaros carpinteros, incluido el escaso pico mediano, que en ocasiones de deja ver junto con los agateadores, comunes y norteños, los rebecos son abundantes en la zona, pese a que la sarna ha debilitado bastante su población el los últimos años. Antiguamente este coto de caza albergaba la mayor densidad de Europa y era casi imposible ir al bosque y no ver alguno, esperemos que con el tiempo se vuelva a recuperar, aunque con el trasiego de coches que hay no creo que se logre nunca, porque es verdaderamente exagerado el transito de vehículos que hay últimamente en la zona y todos sin permiso por supuesto.
Bueno pues ahora seguimos por la pista ya sin ningún desnivel donde soplaba bastante viento y ya divisamos el hotel refugio y las primeras cabañas, ya solo nos queda caminar un poco hasta que llegamos a otra fuente con un caño y pilón y ya llegamos a la tan ansiada entrada de la Vega de Brañagallones.
La actual vega es el resultado del relleno natural de un antiguo lago de origen glaciar. Hace miles de años, la lengua glaciar que descendía por el valle del Río Monasterio depósito las morrenas que aún se reconocen como pequeñas crestas al oeste de la vega. Los depósitos actuaron como presa natural y dieron lugar a la formación de ese pequeño lago.
Bueno pues una vez en Brañagallones, que el sitio es totalmente idílico, sobre todo el césped que parece un campo de golf, el montón de cabañas de ganaderos que hay, grupos de caballos y vacas por todos los lados, pero como siempre la pena de estos sitios son los vehículos, en total habría unos 10 todo terreno e incluso un par de coches, a este paso esto no dura ni 10 años más, y lo que no es normal es no haber visto ni un mal guarda pidiendo permisos en toda la zona, porque según el Principado, y lo escribo tal cual dicen ellos:
Desde el nombramiento como parque natural según la normativa aprobada de su plan de uso y gestión, el acceso a Brañagallones ha quedado restringido para personas y prohibido totalmente para vehículos que no sean propiedad de los ganaderos, y antes de realizar una visita en necesario solicitar un permiso, especificando cuál es el motivo y qué ruta deseamos hacer, informando en las oficinas del Centro de Interpretación y Recepción de Visitantes en Campo Caso teléfono: 985 608 022.
Bueno pa mear y no echar gota de todos los que estábamos allí entre todos no había ni medio permiso, pero bueno como todo lo de Asturias, en fin.
Como decía dimos un pasein por la majada estuvimos viendo las cabañas y nos acercamos hasta el hotel antes refugio de montaña que permanecía cerrado.
Como llegaba la hora de la fame nos parapetamos detrás de una cabaña preparamos la pitanza y a disfrutar del sitio comiendo, bebiendo y charrando un poco de lo acontecido que era mucho.
Pues bueno después de la pequeña fartura ya solo nos quedaba la vuelta a Bezanes por el mismo camino, lo único que ahora todo en llano o cuesta abajo, por lo cual casi tardamos una hora menos.
Verdaderamente una ruta que merece muy mucho realizar.
Pablo Lara.

Tiempo: 5 horas 30 minutos, (ida y vuelta y con la parada para comer).
Dificultad: Baja, lo único cuidado con la caminata son 20 kilómetros.


Majada de Brañagallones.


Vista de la majada de Brañagallones


El refugio hotel de Brañagallones.

Homenaje al guarda Pepe Calvo.


Bajando ya de Brañagallones, con el hayedo y el Cantu el Oso detras.


Las colmenas rodeadas de brezos en flor.


La famosa vaca casina vigilándonos al pasar.

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