jueves, 16 de julio de 2009

Peña Ubiña (2.417m)

«...A la derecha la famosa Peña Ubiña,
que se cree ser la más alta de España.
Vese desde tierra de Segovia y desde muy
dentro del mar. Los de Cudillero que
navegan por ella, la llaman la Becerra;
va a dar al concejo de Lena.»

Diario de Gaspar Melchor de Jovellanos




La impresionante Peña Ubiña con sus 2.417 metros.


El día 4 de Julio del 2009 y sin muy buenas perspectivas respecto al día que tendríamos ya que las predicciones que pronosticaban en días anteriores para ese fin de semana tanto en televisión como en Internet eran verdaderamente malas, pero a pesar de todo decidimos coronar una de las montañas más míticas de Asturias, la gran Peña Ubiña con sus 2.417m.
A las ocho y media de la mañana y con el cielo bastante encapotado el grupo formado por Paco, Carlos, Joanna y el que escribe nos dirigimos hasta Campomanes donde hicimos la parada de rigor para tomar un café y comentar un poco la gran ruta.
Para llegar al punto de partida, seguimos desde Campomanes hasta la Casa de Mieres, que está situada a un kilómetro más o menos del alto del puerto de la Cubilla (1.683m).
La subida por dicho puerto ya desaconsejaba bastante hacer la ruta porque la niebla era verdaderamente impresionante, teniendo que parar varias veces ya que no distinguíamos ni el ganado que encontrábamos por la carretera, pero por suerte al llegar al alto del puerto ya habíamos atravesado el mar de nubes y que grata sorpresa al encontrárnoslo todo despejado.
Una vez cambiados de atuendo y desayunado como cuatro señores en el refugio de pastores de la Casa de Mieres decidimos darnos prisa y arrancar porque las nubes empezaban a coger altura y pronto taparían parte de la ruta.
Salimos caminando justo por la parte de atrás de la Casa de Mieres tomando un camino que al poco pasa por delante del depósito de agua y fuente que abastece al refugio.
Un poco más adelante llegamos a un minúsculo embalse artificial que lo forma el arroyo de la Cantarina el cual encontramos ya con muy poco agua como se puede ver el la foto, y una vez más y como siempre que hice esta famosa ruta de montaña, el canto de las ranas del pequeño embalse nos acompaño durante un buen rato de nuestro camino.
Nada más pasar el embalse tenemos dos opciones para hacer la ruta una por la derecha que es la que nosotros cogimos y otra por la izquierda que fue el que empleamos a la vuelta ya que tiene marcas de pintura en las rocas y con la niebla que había nos hicieron bastante falta para llegar a la Casa de Mieres.
Seguimos en ligero ascenso como digo por la derecha en un camino ganadero que pasa por la campera del valle La Cantarilla, aquí ya la primera parada para quitar ropa y disfrutar del increíble paisaje que tenemos por delante y por supuesto hacer ya algunas fotos.
Seguimos caminando sin ninguna dificultad y disfrutando y comentando el paisaje y al poco ya nos situamos en los abiertos y extensos pastizales de la Vega de Candioches.
Atravesamos la gran explanada de Candioches pasando cerca de alguna que otra pozas naturales en forma de embudo, alguna de gran tamaño y profundidad considerable, por lo que con niebla hay que tener cuidado no caer en una, con lo cual otra de las causas de volver por el otro sendero fue para evitar estas pozas, pero de todos modos sin niebla no tiene ningún problema ni ningún riesgo.
Al poco rato ya divisamos a lo lejos un abrevadero de piedra el cual estaba totalmente seco y un poste informativo y señalizador de la ruta, aquí hicimos una parada para beber y esperar a que nos adelantaran un grupo de excursionistas que llevaban un paso más rápido que el nuestro, en este punto nuevamente tenemos otras dos opciones para proseguir la ruta uno a la derecha que es el que escogimos para subir ya que es suave su pendiente pero un poco más largo, que asciende bordeando la Loma de los Ollones y otro justo de frente del abrevadero que es el que escogimos para la vuelta que en fuerte subida remonta la loma y el murallón que cierra la Vega de Candioches.
En esta pronunciada subida nos empezamos a distanciar un poco unos de otros subiendo cada uno a su ritmo que es como mejor se camina y como a la media hora ya coronamos la parte mas alta de dicho camino, desde este punto ya tenemos unas increíbles y fantásticas vistas de las Ubiñas, con lo cual hicimos una parada para reponernos del esfuerzo y sacarle las primeras fotos a las famosas Ubiñas.


El embalse artificial formado por el arroyo de La Cantarina, se puede ver una manada de caballos acercándose a beber.


Joanna y los dos primos (nunca mejor dicho) con Peña Ubiña a las espaldas.



Caminando por la hermosa y enorme vega de Riotuerto.


A partir de este punto ya entramos en la inmensa Vega de Riotueto, seguimos por un camino bien marcado y desde aquí ya podemos observar a los montañeros más madrugadores coronando Peña Ubiña (2.417m) y a otro grupo en plena ascensión, proseguimos por la extensa Vega por el marcado camino entre el césped que talmente parece un campo de golf.
En toda esta zona podemos ver una inmensa cantidad de ganado vacuno y caballar los cuales muchas veces tuvimos que atravesar por el medio pero ningún problema ya que están muy acostumbrados a ver siempre muchos montañeros, incluso Joanna en una de las paradas que hicimos a comer algo de fruta una vaca muy educada se acercó para pedir un cachin de plátano el cual le dio y la vaca lo comió muy gustosamente.
Todos estos terrenos de grandes y verdes pastizales pertenecen a la Provincia de León, concretamente a San Emiliano, pero todos estos terrenos fueron adquiridos en el año 1.925 por el Ayuntamiento de Mieres siendo alcalde José Sela, por un importe de 20.000 reales de la época, y desde entonces son aprovechados por las ganaderías asturianas.
Proseguimos caminando poco a poco teniendo siempre a nuestra derecha Peña Correos (2.101m), y a nuestra izquierda Peña Ubiña la pequeña (2.190m y dirigiéndonos hasta la base de Peña Carba (2.008m), a partir de este punto empezamos ya a caminar en fuerte subida que no nos abandonará hasta la cima de Peña Ubiña (2.417m), en esta zona el grupo se vuelve a dispersar juntándonos todos otra vez en la base de Peña Carba (2.008m) donde hicimos un merecido descanso y comimos algo de fruta para prepararnos para afrontar la dura y fuerte subida hacia la cumbre de Peña Ubiña (2.417m).
Después de reponer fuerzas y prepararnos para la subida Joanna dice que no nos acompaña y que nos espera abajo en la base porque no puede más, así todo para no estar muy preparada y acostumbrada a caminar alcanzar los 2.000 metros como alcanzó creo que es para que se sienta contenta y orgullosa de su hazaña
Paco se adelanta a nosotros y empieza a subir por la verde pradera que poco a poco va desapareciendo para dejar paso a las desnudas piedras y rocas, cuando alcanzamos nosotros también esa misma zona las vistas hacia el valle de Babia son impresionantes pudiendo contemplar perfectamente el pueblo de Pinos, San Emiliano, y el pantano del Porma y algún pueblo leones más cuyo nombre desconozco.
Continuamos los tres en durísima subida, Paco siempre unos metros por delante de nosotros dos, al poco otra parada para contemplar y fotografiar Peña Correos (2.101m), Peña Ubiña la Pequeña (2.190m), La Almagrera, La Mesa y La Tesa, aunque poco a poco Irán desapareciendo de nuestra vista ya que la niebla empezada a subir muy rápido y de una manera que nos empezaba a preocupar.
Proseguimos en continuas revueltas guiándonos en todo momento por los «jitos» que nos marcan el trazado del camino a seguir, los cuales nos ayudan mucho para indicarnos nuestra dura subida, no exenta de cierta dificultad, donde en algunos momentos tenemos que ayudarnos con las manos y agarrarnos a las rocas para facilitar la dura subida.
Después de una larga y costosa subida Paco es el primero en alcanzar la vertiente Sur de Peña Ubiña, al poco llegamos Carlos y yo, desde aquí ya podemos divisar al fondo la cima principal, desde este punto ya vamos los tres agrupados por la misma cumbre de la crestería superando los últimos altibajos que por un cómodo sendero nos conduce al rellano donde se encuentra el ansiado vértice geodésico con sus 2.417 metros, si señores acabamos de conquistar «Peña Ubiña la Grande (2.417m)» uno de los puntos más altos de la Cordillera Cantábrica.
En este punto en el que encontramos a un importante grupo de gente haciéndose fotos en dicha cumbre, aprovechamos para descansar un poco, refrescarnos después de la dura subida y comentar las increíbles vistas que hay desde la cumbre aunque por desgracia no podíamos ver gran cosa por la gran niebla que nos perseguía durante todo el camino, como no, también rellenamos nuestra tarjeta de cumbres y la pusimos en uno de los dos buzones que hay en dicha cumbre, y por supuesto también leímos las placas conmemorativas que recuerdan a los montañeros que han perdido la vida subiendo a esta cumbre.
Dicen los montañeros más expertos que desde esta cumbre se pueden llegar a contemplar parte de las montañas palentinas del Alto Carrión, la Sierra del Teleno y la Peña Trevinca entre Orense y Zamora, pero como digo nuestro día no nos permitía ni vernos a nosotros mismos si nos alejábamos un poco, con lo cual decidimos no demorarnos mucho haciéndonos las fotos de rigor para inmortalizar la hazaña y bajar lo más pronto posible para seguir hasta la Peña La Carba (2.008m) donde nos esperaba Joanna para comer algo y seguir nuestra ruta de vuelta.
La bajada hasta la base la hicimos sin mayor problema que el de tener cuidado en no pisar las piedras sueltas ya que podrían darle a la gente que va por debajo de nosotros y causar un grave accidente como ya sucedió más de una vez, en la bajada Carlos se adelanta a nosotros y yo bajo esperando a Paco que se resiente de las rodillas después de la dura subida, pero sin más problema cuando nos dimos cuenta ya estábamos en la base de Peña Carba (2.008m).
De aquí hasta la casa de Mieres no mucho que contar ya que nos acompaño la niebla durante todo momento, incluso en ciertos tramos con cierta dificultad, ya que era verdaderamente densa, pero gracias a las marcas amarillas en las rocas, a las opiniones de todos y a un par de parejas de montañeros de Gijón que encontramos por el camino y que se unieron a nosotros pudimos llegar sin problema hasta la Casa de Mieres, eso sí aguantando el nerviosismo de Carlos y el miedo de Joanna.
Pues bueno una vez en la casa de Mieres nos aseamos un poco nos cambiamos de ropa y sobre todo de calzado ya que da gusto poner unos playeros después de siete horas con las botas de montaña, pues por fin uno de los momentos más deseados después de cualquier ruta de montaña que es sin duda la pitanza.
Nos pusimos en una mesina muy bien apañada en la terraza de la Casa de Mieres a la cual todavía le daba una rallo de sol que salía entre las nubes, mi amigo Carlos sacó un lomo de cabecera impresionante un buen queso manchego y un excelente bonito en conserva, todo ello acompañado por un buen pan de escanda, el amigo Paco saco una increíble empanada de bonito fresco echa por su madre que era pura gloria el comerla, y yo que no había llevado nada me correspondió el privilegio de comprar la bebida, pero señores aquí empezó nuestra gran pena por haber llevado la comida, porque aunque todas nuestra viandas eran exquisitas, al entrar a por la bebida no me quedo mas remedio que llamarles para que se impregnaran del mismo olor del cual yo estaba disfrutando y es que en una pizarra de esas antiguas que había encima de la barra traía «menú del día Pote Asturiano y cabritu gisau con patatinos» así que imaginaros que maravilla de olor había dentro del pequeño barín de la Casa de Mieres.
Con lo cual nos prometimos volver en octubre ya que durante la ruta habíamos visto un montón de seteros (otra de nuestras grandes aficiones es la recogida de setas en otoño), y disfrutar de una buena comida en la Casa de Mieres.

Pablo Lara.

Tiempo de la ruta: 7 horas.
Dificultad: Alta.




Aquí estoy yo en plena ascensión, con Peña Ubiña la pequeña a la espalda.



Paco y Carlos llegando a la vertiente sur de Peña Ubiña.



Como se puede ver en la cumbre había bastante gente.



Por fin en la cubre de Peña Ubiña (2.417m).


La niebla en la bajada ya nos empezaba a preocupar.




Esta es la última foto que pongo porque como podréis ver, a partir de aquí no se veía absolutamente nada.

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