viernes, 26 de febrero de 2010

Pola de Lena-La Cobertoria


Después de haber estado todo el sábado peleándome con el sofá y sin salir de casa debido al mal tiempo que hacía en toda Asturias nevando incluso a cotas de unos doscientos metros, pues el domingo 14 de febrero del 2010 como no aguantaba más me decidí a hacer un paseo de unas tres horas por la zona de Pola de Lena.
Hacia las 10 de la mañana llego en tren a Pola de Lena con una temperatura de un grado que marcaba el termómetro de la estación, nevando me dirijo a tomar un café bien caliente y un pastelín en la estupenda cafetería La Palmera mientras esperaba a ver si dejaba de nevar para comenzar el paseo, después de leer todos los periódicos para hacer tiempo con la esperanza de que se calmara un poco el tiempo y en vista de que eso no sucedía me armé de valor, me abrigue bien y me puse a caminar.
Me dirijo con un frío que pela y nevando hacia la pasarela peatonal y paso por encima de la autopista, una vez pasada la pasarela giro hacia la izquierda para coger la carreterína que sube al pueblo del Valle que está más o menos a unos dos kilómetros de dicha pasarela y en constante pendiente.
Antes de llegar al pueblo de El Valle y nevando todo el tiempo paso por una zona llamada Los Campos donde encuentro a una cuadrilla de cazadores que deben estar tan chiflados como yo para salir de casa con un día como este, una vez llegado al pueblo de El Valle, en las primeras casas sale un camino cementado hacia la derecha que sube hacia el centro del pueblo, donde encontramos una bonita fuente y un lavadero donde tenemos varias señales en estado ruinoso de alguna ruta, entre ellas la del PR-AS 85 que es la que yo sigo.
Cargo la cantimplora de agua fresca en la fuente donde me vienen a saludar un par de perrinos y cojo una pista que llanea y discurre entre arbolado y muy facil de caminar si no fuera por el barro, pero que se podía esperar de un día como el de hoy, así que con paciencia me arrimo hacia los bordes del camino para intentar esquivar el barro lo más posible, la pareja de perrinos que me acompañaron durante un buen rato, la verdad era que les preocupaba bien poco el barro y el estado de la caleya.
El camino no tiene perdida en ningún momento y es de muy fácil caminar ya que casi todo el tiempo vamos llaneando o cuesta abajo, al rato llego a una bifurcación en la que encuentro una cabaña de con un prado, en este punto cogemos el ramal que sale hacia la derecha y que pasa al lado de la cabaña de piedra, al poco de pasar dicha cabaña comienza una bajada por un antiguo camino, ancho, empedrado y con piedras muy sueltas y resbaladizas a causa del agua nieve que estaba cayendo en esos momentos.

El lavadero del pueblo de El Valle donde nos indica el camino a seguir.


El bonito pueblo de El Valle


El camino que cogemos al salir del pueblo de El Valle


Como se puede ver el frío a esa hora era muy intenso






El famoso puente y el bonito pueblo de Columbiello


Al poco llego a un arroyo que según me habían dicho no tenía por que haber ningún problema para atravesarlo por encima de las piedras, pero haber quien era el guapo que lo atravesaba con la riada que traía debido al mal tiempo de este invierno, así que me tuve que armar de paciencia retroceder unos cuantos metros saltar a una finca y pasar por un puente todo “cutre” que había en dicha finca (ver foto) y volver a saltar otra muria para salir a una carretera local que se dirige al bonito pueblo de Columbiello, una vez en dicha carreterína sale un camino cementado que es el que tenemos que seguir sin falta de entrar al pueblo, pero como era pronto y no conocía Columbiello fui a dar un paseo y a perderme por sus calles para conocerlo y hacerle alguna foto y refrescarme en la magnifica fuente del pueblo al lado del lavadero y de un viejo molino en estado ruinoso y lamentable como la mayoría de los molinos en Asturias y como no conocer la iglesia de San Vicente donde hice un descanso mientras hablaba un poco con una señorina muy agradable que me dio las indicaciones oportunas para no perderme en mi camino hacia Santa Cristina de Lena.
Una vez visitado el pueblo retrocedo unos metros para coger el camino antes mencionado, sigo por este camino ancho y de tierra que más adelante se convertiría en estrecho con muchas piedras y muy resbaladizo debido a su inclinación, al rato llego a un par de casas al lado de la carretera donde coincido con una concha del Camino de Santiago, una marca blanca y roca del Camino de la Plata y la blanca y amarilla que yo estoy siguiendo, un poco más y no tienen pared para poner más marcas ya que en ese punto confluyen los tres caminos; en este punto giro hacia la izquierda con la intención de ir dirigiéndome hacia La Cobertoria.
Al poco de caminar llego a la magnifica estación de La Cobertoria donde talmente parece que nos transportamos a la época de las películas de José Luis Garci, ya que esta estación está perfectamente conservada y guara el encanto de las estaciones de antaño que ya les tardaría a las estaciones de hoy en día parecerse en algo a las de esa época.
En lo que fue en su época esta magnifica estación han puesto una “Aula del Prerrománico” donde te explican toda la historia de la ermita de Santa Cristina, la pena es que cuando yo llegué ya estaba cerrada dado que cierra a la una y media y yo llegué diez minutos más tarde.
Después de hacerle unas cuantas fotos a esta magnifica estación vuelvo a pasar por debajo de las vías para tomar un camino empedrado que sale de la casa frente a la estación, en fuerte subida pero en muy poco tiempo nos situamos en la explanada donde se encuentra esa joya del arte prerrománico que es la ermita de Santa Cristina.
Esta ermita fue declarada Monumento Nacional en año 1985 y declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
Restaurada completamente en 1893 por Juan Bautista Lázaro, quién le reconstruye la bóveda central, arruinada desde al menos tres siglos antes.
Esta impresionante ermita está situada totalmente aislada en una loma y rodeada de un magnífico paisaje, esta iglesia de la que no existe ninguna referencia en los documentos de la época, es considerada como la última construcción del periodo ramiriense.
Pues bueno después de hacerle un montón de fotos con toda la tranquilidad del mundo dado que con el día que hacia solo estaba yo visitándola me refugie un poco dentro del pórtico para esperar a que amainara un poco el tiempo y me dispuse a bajar otra vez hacia la estación de la Cobertoria que no son más de diez minutos, espero un poco en la estación muerto de frío a que pase el tren y de regreso a casa que no está el día para mucho más.
Pablo Lara.

Dificultad: Ninguna.
Tiempo: Con paradas para las fotos y con mucha calma unas tres horas.


Vista en sepia talmente nos recuerda otra época la magnífica estación de La Cobertoria.





Santa Cristina de Lena, la joya de la Corona



Esta última foto esta tomada desde el interior del pórtico, donde estaba resguardado esperando a que se calmara un poco el tiempo

viernes, 19 de febrero de 2010

Brañavalera (1.483m) y el Manolete


Si ayer día 6 de febrero me pegué una buena paliza de cinco hora por la nieve en la zona de Puebla de Lillo (León), hoy día 7 de febrero del 2010 para no ser menos me di otra buena paliza de 6 hora por la nieve con el grupo de montaña El Pozobal para subir al Pico Brañavalera (1.483m) y al Manolete, casi pegados uno del otro.


Después de desayunar todo el grupo de montaña en Proaza nos dirigimos por la zona de Quirós hasta el alto de la Covertoria donde nos dejo el autobús a eso de las 11 de la mañana con un frío considerable, nos preparamos nos abrigamos y venga a caminar se a dicho.
Iniciamos la andadura en el mismo Alto de la Cobertoria por una pequeña senda muy desdibuja y con abundante barro cosa muy normal por esta zona después del duro invierno que esta haciendo en Asturias este año, seguimos caminando por esta embarrada senda bajo los cantiles del Pico Bildeo y por encima de la carretera que une este alto con el pueblo de Las Llamas (Quirós), carretera que podemos ir observando todo el tiempo por este tramo de la ruta, al poco de caminar y tras haber pasado el mojón geodésico del Bideo abandonamos el concejo de Quirós para adentrarnos en el concejo lenense y ya en poco tiempo y con mucho menos barro alcanzamos la magnifica collada de la Felguera, donde tenemos unas magnificas vistas de todo el valle de Quirós, Tablao y de las Ubiñas. Mientras esperábamos a que se agrupara todos los que participábamos en esta ruta aprovechamos para hacerle unas fotos a Peña Rueda con su forma piramidal y toda cubierta por la nieve lo que la hacía más impresionante si cabe de lo que es ya de por sí, completamente opuesta a Peña Rueda también teníamos unas magnificas vistas del valle del Aramo todo nevado y sobresaliendo majestuosamente el inconfundible Gamoniteiru con sus antenas.


Preparándonos para salir con la hermosa Peña Rueda toda nevada al fondo.



Llegando a la primera majada donde encontramos las indicaciones de la ruta Quiros-Campomanes.




Comenzando ya a caminar por la nieve que no nos abandonará durante toda la ruta.




En este punto la mayoría de la gente dio por finalizada la ruta debido al intenso frío y a lo pesado que se hacía andar con tanta nieve.


En este punto de la ruta encontramos las señales que marcan la ruta Quiros-Campomanes y que nos acompañaran hasta que cojamos la desviación para subir a Brañavalera, continuamos nuestro camino en leve ascenso y encontrándonos ya con la primera zona de nieve y que irá en aumento y acompañándonos durante toda la travesía, al poco alcanzamos caminando entre un bosque de hayas y acebos la collada de Potrera donde la nieve ya nos empieza a cubrir con consideración y tenemos que ir turnándonos para ir abriendo huella, en este punto de la ruta parte del grupo de montaña en una decisión muy coherente deciden dar la vuelta ya que la cosa se empieza a complicar por la gran cantidad de nieve y porque desde este punto todavía quedan más de dos horas hasta la cumbre caminando por la nieve casi hasta la rodilla.
Los pocos que decidimos proseguir seguimos poco a poco con la vista puesta en las praderías de Porciles y descendemos levemente, dejando a nuestras espaldas las cumbres gemelas de Juego de la Bola y el Biolosu, desde este punto tenemos que agradecer al bueno de Manolo (directivo del Grupo de Montaña Pozobal), el que nos fuera indicando y explicando durante todo el camino por donde teníamos que ir y explicándonos cada pico que veíamos por el camino, yo creo que este hombre sabe hasta el nombre de cada piedra que encontramos por el camino, la verdad es que da gusto caminar con alguien así que te va explicando todo con mucho detenimiento con lo cual al final de cada ruta aprendes un montón de cosas y de picos que de nos ser por alguien así pasarían totalmente desapercibidos.
Al poco de empezar el descenso de la ruta que se dirige a Campomanes abandonamos dicha pista por un camino que sale a la izquierda en descenso y nos dirigimos hacia una cabaña que hay en una pequeña majada, en este punto el amigo Oscar debido al cansancio de andar por la nieve decide esperarnos en la cabaña, con lo que los seis que decidimos subir a la cumbre nos despojamos de nuestras mochilas para hacer el duro ascenso algo más ligueros, así que echamos un trago a la bota de vino y emprendemos nuestra dura subida hacia el Brañavalera.
Tomamos un camino totalmente desdibujado por la nieve que parte justo por detrás de la cabaña donde habíamos dejado a Oscar en dura subida y que nos situará en la zona cumbrera de dicha cordal, poco a poco y muy despacio debido al espesor de la nieve y a la dura subida llegamos a otro collado donde paramos unos instantes para recobrar el aliento y disparar alguna foto y siempre siguiendo las buenas indicaciones de Manolo, con esta nevada hubiera sido imposible llegar a la cumbre si no es por él, desde este punto ya podemos apreciar muy a lo lejos el mojón geodésico de la cumbre de Brañavalera, avanzamos ahora por una zona mucho más suave (si no hubiera nieve) a través de bonitas praderas salpicadas de numerosos grupos de acebos completamente cubiertos por la nieve, sin embargo este tramos se convertirá para nosotros seis en un autentico suplicio de esfuerzo ya que los espesores de la nieve hacen demasiado costodo avanzar, incluso alguna vez que otra el que abría camino pisaba en falso y se hundía hasta la cintura lo cual nos obligaba a caminar todavía más despacio.
Finalmente y superando el último repecho antes de la cumbre llegamos al ansiado pico de Brañavalera (1.483m), las vistas y la alegría de haber conseguido llegar a la cumbre a pesar de la nieve nos compensan todo el esfuerzo realizado.
Desde la cumbre se podían divisar perfectamente hacia el este todo el cordal de la Carisa con el Ranero y la Cerra en su parte más septentrional, también podíamos ver al fondo Tres Concejos y el Cellón.
Hacia el norte el Pico Manolete donde Manolo ya se dirigía hacia la cruz que hay en ese pico a poner nuestra tarjeta de cumbres y a donde nos dirigiremos nosotros también para hacernos unas fotos todos juntos, detrás del pico Manolete se podía apreciar perfectamente toda la Sierra del Aramo y por supuesto como no el majestuoso pico que nos acompañó durante todo el camino la gran Peña Rueda y detrás de ella y a su lado el Huertu del Diablu, también podíamos apreciar perfectamente parte de la autopista del Huerna, pues bueno como se nos hacía tarde y el tiempo parecía que quería cambiar Manolo introduce la tarjeta de cumbres en el Manolete, nos hacemos la foto de rigor y poco a poco fuimos descendiendo hasta la cabaña donde nos esperaba Oscar una vez todos agrupados pues a desandar lo andado hasta el autobús, en total unas seis horas si haber parado ni a comer nada hasta que llegamos al autobús donde aprovechamos para picar algo y cambiarnos de ropa y de vuelta a casa parando eso sí por el camino a tomar unas botellinas de sidra y charrar un poco de la hazaña conseguida.

Pablo Lara.
Tiempo: 6 Horas.
Dificultad: Con nieve alta, sin nieve media.




A punto de coronar Brañavalera.



Manolo dirigiéndose al pico Manolete desde Brañavalera.



En la cruz del pico Manolete.



La hermosa Peña Rueda.

lunes, 15 de febrero de 2010

Ruta de la Cervatina (Puebla de Lillo)



La ruta poco a poco cada vez se complicaba más a causa de increíble cantidad de nieve que había durante toda el camino.



Hace 15 días intenté subir con el grupo de montaña El Pozobal al Pico Susarón pero por causa de la gran nevadísima que había no pudimos subir y decidimos hacer la versión corta de La Ruta de la Cervatina desde Puebla de Lillo (León), así que como me había quedado con ganas de hacer dicha ruta entera pues el día 6 de Febrero del 2010, el señor Paco, la amiga Laura su perro, el bueno de Mak y el que escribe decidimos hacer esta ruta en su versión larga, que aunque tuvimos muchos problemas por la grandísima cantidad de nieve que había merece mucho más hacer esta versión larga que la corta, ya que por esta que hicimos nosotros se pasa por un espléndido bosque de hayas de acebos y de tejos, uno de los pocos bosque de tejos que por desgracia quedan ya en la cordillera cantábrica.
Después de desayunar en Felechosa llegamos a Puebla de Lillo a eso de las diez y media de la mañana, dejamos el coche en la misma plaza del pueblo donde ya había un montón de nieve, nos abrigamos bien y para adelante a por la ruta de la Cervatina.
Cruzamos la plaza del pueblo y pasamos por delante de las antiguas escuelas, que hoy en día sirven de sede a la Casa del Parque del Valle del Porma, pasamos al lado del bar Madrid, donde al finalizar la ruta nos tomamos una caña bien merecida después del palizón que nos dimos, y seguimos por la calle que se dirige por la parte trasera del pueblo hacia la base del Susarón (espero volver a subirlo no tardando).
Por aquí al principio de la ruta la nieve no nos causaba dificultad ya que estaba dura y no era ningún problema caminar por ella, así que al poco de caminar cruzamos el río del Celormo y cogemos una pista que se desvía enseguida por el arroyo Patina, toda esta ruta, tanto la versión corta como esta la larga está magníficamente marcada y no tiene ninguna pérdida en ningún momento, menos en nuestro caso ya que hacia la mitad de la ruta era tal la nevada que las balizas indicadoras de la ruta habían desaparecido por completo, pero bueno eso es otra historia que nos pasó más adelante. Seguimos caminando sin ningún problema y sin ninguna dificultad ya que toda esta parte es totalmente llana y al poco llegamos a la fuente del Obispo, donde aprovechamos para quitarnos un poco de ropa ya que nos habíamos abrigado demasiado y de paso hacer las primeras fotos del paisaje que era verdaderamente extraordinario al estar todo totalmente blanco de la gran nevada que había caído en los días anteriores.



Paco y Laura al comienzo de la primera subida después de la desviación en el cruce.



La última baliza antes de que desaparecieran por la nieve.



Caminando por el majestuoso hayedo de la Cervatina.





La ruta poco a poco cada vez se complicaba más a causa de increíble cantidad de nieve que había durante toda la ruta.


Desde este punto de la ruta la nieve va a convertir nuestra marcha en un autentico calvario, ya que la nieve se encuentra muy blanda y los espesores empiezan a ser importantes, proseguimos caminando ya en pronunciada subida por una pista con un paisaje desprovisto de árboles, hasta llegar con la lengua fuera a causa del esfuerzo de la nieve a un cruce, (esta ruta sin nieve no tiene ninguna complicación en ninguna parte), como digo llegamos exhaustos a un cruce en el cual tenemos dos opciones, la pista de la derecha es la versión corta de la ruta de La Cervatina y fue la que yo realicé hace quince días también con nieve hasta las orejas con el Grupo de Montaña El Pozobal y la ruta de la izquierda es la que se dirige al bosque antes mencionado y que aunque mucho más dura a causa de la nieve merece muy mucho realizar, hay que decir que cuando llegamos al cruce de caminos Paco y yo optábamos por hacer la versión corta ya que teníamos la gran sudada de ir abriendo huella pero gracias a Laura que nos convenció y nos dijo que ni hablar que ya que estábamos en ese punto teníamos que realizar la versión larga y conocer el bosque, así que un tragín de aquarius y to pa riba.
Proseguimos nuestro camino cada vez hundiéndonos más en la nieve y aun paso verdaderamente lento por esta causa y turnándonos todos para ir marcando huella, es increíble la diferencia que hay de ir abriendo huella a caminar ya por lo pisado por el primero del grupo, como decía proseguimos ahora por una pendiente muy acusada que nos conduce a la Vega Ternillo, donde ya observamos los primeros hayas del bosque, en este punto era tal la nevada que las balizas indicadoras de la ruta que deben medir unos 70cm de altura habían desaparecido por completo con lo cual yo que iba abriendo huella (tengo que asumir mi culpa) en vez de girar bruscamente a la derecha como indicaba la ruta (claro si se vieran la balizas) pues yo tire hacia la izquierda entrando de pleno en el hermoso bosque de hayas y de carrascos hasta llegar a una majada que se dirige hacia Camposolillo, pero bueno el mal no fue tan grave ya que aprovechamos para hacer unas fotos del espléndido bosque antes de dar la vuelta, que no fueron más de 300 metros pero claro en dura pendiente y con la nieve hasta las rodillas, bueno pues una vez pedido disculpas por la pequeña equivocación regresamos hasta la última baliza que asomaba un poco entre la nieve (ver foto) cogemos por fin la desviación hacía la derecha (esta si era la dirección correcta), adentrándonos nuevamente de pleno en el hayedo que al estar completamente nevado era magnifico contemplar.
En este punto de bosque como en todos los bosques de hayas, la nieve se complica y permanece a sus pies largo y tendido, permaneciendo mucho más tiempo que en las afueras del bosque. En los bosques de hayas cuando la tormenta y la niebla se alían, me decía una vez en un bar-tienda un anciano de Naraval, que la tormenta reina durante un novenario, como me decía aquel buen paisanín “tormenta con neblina, nueve días nuestra vecina”.
En los bosques de hayas como este tan magnifico, es el reino de la niebla, el haya recobra todo su misterio y es entonces cuando podemos perdernos fácilmente si no está bien marcado el camino, no como en este caso, pero si nos adentramos en el bosque saliéndonos de la ruta entonces es cuando perdemos fácilmente la orientación.
El haya pertenece al aire, en el que vive y se expande, del que recoge humedad, donde clama lluvias y detiene nieblas, y sobre el que ejerce una importantísima función como guardián del equilibrio climático.
Bueno que me voy por los cerros de Úbeda, a lo que vamos
al poco cruzamos ya por una zona más llana el arroyo de la Vega Ternillo y otra vez en pronunciada pendiente llegamos hasta el Collado de Ruidoso, desde donde tenemos unas magnificas vistas de todo el bosque y del macizo de San Isidro pudiéndose ver perfectamente la Sierra de Sentiles y Peña Requejines.
A partir de este punto ya es todo en cómoda bajada, aunque para nosotros muy poca comodidad porque seguimos levantando las piernas hasta las orejas para caminar.
Seguimos caminando por el magnífico bosque y disfrutando de las vistas, cruzamos varios arroyos, entre ellos el arroyo de Ruidoso que ya bajaba con gran cantidad de agua debido al deshielo, la ruta continúa por el camino principal sin ninguna perdida y todo en suave descenso hasta alcanzar una zona llamada la Cervatina, otro hermoso valle dominado enteramente por otro bosque de hayas quedando a la derecha la Peña Ustre, el camino sigue ahora descendiendo hasta llegar a un cruce; donde podemos ver algún que otro majestuoso Tejo.
Desde este cruce donde hay una indicación por si se quiere ir a ver el bosque de tejos seguimos descendiendo entre los últimos tramos del bosque de hayas por una zona llamada el valle del Espinadal, por donde circula el arroyo del mismo nombre. Poco a poco va desapareciendo el bosque y se puede observar una bonita majada, el camino continúa descendiendo hasta el cruce de Jovaqueros, donde confluyen el arroyo del Espinadal y el arroyo de Rebuenmo.
Desde este pequeño cruce, el camino continúa valle abajo con el arroyo de Rebueno a la derecha entre grandes prados, al poco pasamos al semiderruído caserío de la Fonvea, cerca del cual encontramos la fuente de mismo nombre.
Ya los tres con una caladura de botas hasta los huesos y con ganas de llegar y poner ropa seca seguimos poco a poco hasta llegar a la altura de la ermita de Pegaruas continuando hasta la fuente de la Barguina. Desde este punto que ya es el tramo final de la ruta se puede continuar junto al río Silván, o coger la carretera ya que las dos posibilidades conducen a Puebla de Lillo, nosotros como estábamos de nieve hasta el gorro decidimos hacer el ultimo tramo por la carretera ya que había pasado la quitanieves y estaba totalmente despejado, así que en no más de media hora por fin llegamos al ansiado Puebla de Lillo.
Después de cambiarnos de ropa y tomar la merecida cervecina en el bar Madrid tras la tremenda paliza que nos habíamos dado, pues por fin llego la hora de almorzar y el amigo Paco con su mejor voluntad nos dijo que el Hostal Puebla de Lillo comía siempre magníficamente cuando venía a pescar con su abuelo hace años, pero cual fue nuestra mala suerte que cuando entramos nos dijo Paco, eeehhh an cambiado de dueños, ¿nos quedamos igual?, era tal la fame que traíamos y el cansancio en el cuerpo que nos quedamos a comer sin pensarlo dos veces, en el comedor hacía un calorín que daba gusto.
Pero como de los sitios que desde mi punto de vista se come fatal no pienso perder el tiempo hablando de ellos, solo digo que yo aquí no pienso comer más veces, así que hay queda mi aviso, luego que no digan que no avisé que en este sitio se come de pena (ojo siempre desde mi punto de vista).
Bueno pues una vez mal comido de vuelta para las Asturias y como no era muy tarde y no teníamos prisa pues nos detuvimos a tomar la mejor cerveza que hay en Mieres en el mejor sitio de Mieres que no es otro que él magnifico local de Mc Charly & Company y una vez disfrutado de una magnifica caña tostada bien echada (casi 10 minutos como manda la tradición), pues para casa que el cuerpo pide ducha y reposo absoluto.


Pablo Lara.
Tiempo de la ruta: 5 horas.
Dificultad: Sin nieve ninguna.





Unas fotos del pueblín de Puebla de Lillo.